Una de las diversas aplicaciones de las partículas sólidas lipídicas desarrolladas en nuestro laboratorio

Científicos platenses estudian un proyecto para tratar la epilepsia refractaria

Trabajan con nanotecnología, la manipulación de la materia a escala de una mil millonésima parte de un metro

Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) trabajan en un proyecto de nanotecnología para revertir la epilepsia refractaria y ofrecer una alternativa eficaz a pacientes que no responden a los tratamientos convencionales.

La resistencia a los medicamentos en esos pacientes podría mejorar con ayuda de la nanotecnología -manipulación de la materia a escala de una mil millonésima parte de un metro-, señala el estudio al que tuvo acceso Télam.

Los pacientes refractarios son aquellos a los que el fármaco administrado no les produce el efecto deseado, en parte debido a que la droga no logra acceder al sistema nervioso central en cantidad suficiente.

Ese fenómeno obedece, entre otros motivos, a mecanismos de defensa específicos que posee el organismo humano para la eliminación de fármacos (en particular, las proteínas transportadoras que se oponen a su ingreso al cerebro), que tienen más “efecto” en algunos pacientes que en otros.

Las investigaciones realizadas en los laboratorios de la UNLP ofrecerían una alternativa eficaz para quienes no responden a los tratamientos anticonvulsivos convencionales.

«Nuestras nanopartículas permiten encapsular las drogas antiepilépticas, escondiendo al fármaco de los mecanismos de eliminación del organismo. Funcionan, en cierto modo, como una especie de caballo de Troya, permitiendo una mayor llegada de la droga a las células dañadas del cerebro” explicó Esperanza Ruiz, directora del proyecto.

Para ejemplificar la dimensión de una nanopartícula, la investigadora dijo que tiene «aproximadamente la misma relación de tamaño que guardan entre sí el planeta Tierra y un comprimido de ibuprofeno».

Estas nanopartículas, dijo, permiten el transporte de fármacos en el organismo y lo que interesa especialmente es que por su tamaño, similar al de las estructuras bioquímicas del organismo (proteínas, por ejemplo) e inferior al de las células, pueden «ingresar al cuerpo y a las células como tal, algo que no sucede con los medicamentos tradicionales”.

Los científicos que participan del proyecto integran el Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Bioactivos (LIDeB), con una fuerte tradición en estudios sobre epilepsia, y al Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI), con amplia experiencia en el uso de materiales y biopolímeros para diversas aplicaciones biológicas.

El equipo cuenta además con la colaboración del Departamento de Farmacología del Instituto Nacional de Medicamentos (Iname), y de la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica)

Link de la publicación: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0927776518302042

FUENTE: Diario El Dia

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